viernes, 28 de mayo de 2010

En Colombia estamos en la inmunda

Definitivamente en Colombia estamos muy mal económicamente, en el 2002 el índice de pobreza en Colombia alcanzaba el 53.2%, una cifra escandalosa, sin embargo el gobierno de Álvaro Uribe basado en sus programas y devolviendo la confianza en la inversión, hizo que para el 2008 esta cifra bajara a los 46% una leve mejoría ante la magnitud de la situación de pobreza que hay en nuestro país, sin embargo las ganas a Uribe alcanzaron, Uribe tenía como meta bajarla al 35% para el 2010, pero fracaso en estos dos últimos años para alcanzar dicha meta, es que no es fácil en un país como Colombia el cual está lleno de personas corruptas y de tantos empresarios poco comprometidos con los menos favorecidos. La buena voluntad de un presidente no basta si no cuenta con el apoyo de los grandes capitales de un país como el nuestro y es que la realidad es que hay unos pocos que ganan cifras exorbitantes comparados con los millones de colombianos que hacen parte del 45.5% de pobres y del 16.4% de indigentes según estudios realizados en un trabajo científico que fue llevado a cabo por la Misión para el Empalme de las Series de Empleo, Pobreza y Desigualdad, Mesep, organismo integrado por Planeación Nacional, el DANE y expertos nacionales e internaciones, con el apoyo del Banco Mundial y de la Cepal.

Pero si sumamos estas dos cifras, porque el pobre y el indigente están casi en el mismo nivel, dado que un pobre es la persona que en el año 2009 a cambio de su trabajo recibió al mes menos de $281.384 mensuales y los indigentes son las personas que en 2009 recibieron mensualmente, por cabeza, menos de $120.588 por la labor que desarrollaron, vemos que en Colombia el 61.9% de los colombianos recibían a la fecha menos de $281.384. Y no paremos de contar porque de ahí para arriba en mi concepto la cifra de pobreza aumentaría, porque yo no creo que alguien que se gane un salario mínimo $515.000 se pueda considerar en otra categoría, para sobrevivir en Colombia se necesita mucho más de un salario mínimo. Pobre es aquel que no tenga el dinero suficiente para cubrir sus necesidades básicas (alimento, ropa, educación, vivienda y recreación), si hacemos cuentas sabremos que con un salario mínimo estas necesidades no se cubren, a menos de que varias personas en el hogar aporten, sin embargo esta condición no se cumple en muchos hogares colombianos.

Entonces si miramos en la realidad y no bajo los estudios mencionados anteriormente, la cifra resultante sería escalofriante, porque alrededor de 6.86%, aproximadamente 3.000.000 de colombianos actualmente reciben un salario mínimo, entonces tendríamos que sumados el 61.9% y el 6.86% tendríamos que en Colombia somos cerca de 44.000.000 de habitantes y de estos aproximadamente 30.100.000 de colombianos en estos momentos la están pasando muy mal para sobrevivir, eso sin contar las cifras intermedias entre pobres y aquellos que reciben un salario mínimo, pues es una cifra que desconozco pero debe ser bastante grande. Esas cifras son las que nos hacen sentir indignados con esta sociedad tan desigual, tan permisiva con unos pocos y tan injusta con la gran mayoría.

En Colombia necesitamos un presidente justo, equitativo, honesto y que baje la marcada diferencia social que corroe este hermoso país, pero para eso se necesita de un congreso limpio y honesto que permita al Ejecutivo llevar sus planes de desarrollo e inversión social a cabo sin tropiezos y sin intermediarios de favores que se roben nuestros recursos, sólo así la mayoría de los colombianos podrán salir de la inmunda miseria.

jueves, 27 de mayo de 2010

Al Caído Cáele

Esa fue una de las frases utilizadas en el programa de Séptimo Día del presentador Manuel Teodoro, en el advertían algo que desde hace muchos años pasa en nuestro país y que hoy allana las ilusiones de miles de personas que diariamente buscan un trabajo para sobrevivir.

Como lo mostro el programa en todas las ciudades hay cantidades de empresas intermediarias de búsqueda de empleo que con falsas promesas de oportunidades laborales terminan lucrándose de la necesidad de quienes buscan una oportunidad laboral. Lo increíble es que las autoridades nunca hacen nada a respecto, yo quise unirme a la advertencia de Séptimo Día para difundir nuevamente el modus operandi de estos estafadores disfrazados de empresarios, para contribuir a que las personas conozcan los riesgos y aprendan a identificar a estos delincuentes.

El código laboral expone que al nuevo trabajador no se le puede cobrar ni un solo peso por exámenes médicos, papelería etc., para el trámite para la consecución de un empleo. Los exámenes de serología están prohibidos. Pues resulta que miles de personas mandan su hoja de vida a direcciones de internet de dudosa reputación, ellos al día siguiente son contactados y se les dice que hay una vacante para su perfil, que necesitan que vaya a gestionar su contrato de trabajo. Las personas ilusionadas van a dicha cita en la que se les afirma que el perfil laboral es justo para ellos, pero que primero debe hacerse unos exámenes médicos, les cobran por dichos exámenes la cifra de $35.000, entre los exámenes requeridos está el de serología que como lo dijimos también está prohibido. Cuando la persona finalmente hace todo lo indicado se le envía a empresas a llevar su hoja de vida con una supuesta carta de presentación de la empresa intermediaria. Hasta allí llego la responsabilidad de ellos, lo peor es que afirmaron que tenían relaciones laborales para la consecución de personal con empresas como el Éxito, Servientrega, Cafam, etc., lo que resulto ser falso pues dichas empresas desmintieron a dicha intermediaria, afirmando no tener vinculación laboral ni de servicios de contratación de personal, con dicha empresa. Entonces nunca pague ni un solo peso por adelantado para conseguir trabajo, si le cobran es que lo van a estafar, desconfié inmediatamente y denúncielos.

Otra modalidad es que te ofrecen una capacitación con la promesa de que después de esta se firmara el contrato, al fin de la capacitación 8 a 15 días te presentan un producto lociones generalmente, las cuales debe vender para finalmente firmar el contrato, dicho paquete de lociones cuesta unos $500.000, cosa que muchas personas con la falsa ilusión hacen lo imposible para conseguir la suma de dinero y empezar su trabajo, cuando pagan dichos productos les cambian todo diciendo que deben conseguir más personas que compren dichos productos con lo cual recibirán comisiones, en otras palabras los ponen es a vender con la condición, si vendes ganas sino no. Que descaro, muchos picaros sueltos aún en este país. 

Las FARC no son nuestro único problema

En Colombia la corrupción debería ser perseguida con la misma fuerza con la que se combate a las FARC o las otras organizaciones delincuenciales. Sin embargo en contra de los corruptos somos más permisivos, la razón es que ellos han permeado nuestra sociedad desde hace décadas y ahora están en cargos públicos o privados desde los cuales se sienten muy seguros.

Somos muchísimos los colombianos que queremos que de una vez por todas se castigue a políticos tradicionales de muy dudosa reputación a los cuales se les respeta y aún se les rinde pleitesía.

En un artículo que leí en Dinero.com, hacen referencia a el “Sisben” (Sistema de Identificación de Potenciales Beneficiarios de Programas Sociales), que es un mecanismo para cuantificar a las personas más necesitadas de nuestro país, para que el gobierno llegué a ellos con subsidios, salud, educación y muchos beneficios más, pero que por el obrar de personas que se aprovechaban de su debilidad operativa hicieron del “Sisben” un foco de corrupción grandísimo, llegando a estar vinculadas personas de extractos 4, 5 y 6 para los cuales definitivamente no iban los recursos destinados. En Colombia según este informe más de 3 millones de personas están inscritas a causa de movimientos fraudulentos, de las cuales más de 250.000 personas que declaran renta, individuos de estratos 4, 5 y 6 y beneficiarios con patrimonios que reflejan su plena solvencia económica. Esto ocurre como resultado de la compra de votos, accionar malintencionado de alcaldes para recibir mayores recursos de parte del Estado, entre otras, este es apenas uno de los ejemplos que me hacen debatir este tema de la corrupción.

Diariamente vemos como se llevan a cabo operativos en todo el país para acabar con las FARC, con las bandas de narcotraficantes, sicarios, etc., pero pocos operativos se realizan al interior de nuestra sociedad, que es en donde están los verdaderos enemigos del país los corruptos, el cáncer que se apodera de los recursos públicos y los desvía hacia cuentas personales, o para pagar favores políticos. A estas personas cuando se les comprueba un delito como este no se les debería dar ni la casa por cárcel ni darles garantías por ser personajes públicos, por el contrario de les debería retirar inmediatamente su investidura, ser expropiados de sus bienes y enviarlos a purgar penas muy largas como a cualquier delincuente común, sin privilegios.





martes, 18 de mayo de 2010

Los usuarios de UNE merecemos respeto

Es inconcebible que una empresa que se vanagloria de ser la segunda en crecimiento económico después de Ecopetrol no respete a sus usuarios en lo más mínimo. Hace un mes pasaron mi casa ofreciendo servicios de banda ancha, telefonía y Televisión por cable, me inscribí a uno de sus servicios, esperando como es razonable de su oportuna instalación, en las observaciones sobre la instalación deje claro al joven promotor que sólo podrían visitarme para dicha instalación los fines de semana, pues durante la semana laboro cumpliendo un estricto horario, el joven anoto muy bien y con resaltador subrayo dicha sugerencia, se quedo concretado el día sábado para la instalación del servicio, sin embargo a mediados de la semana estuvieron en la casa, como era de esperarse no había quien les recibiera, por escrito se les dijo que en semana no había nadie en casa, ellos metieron bajo la puerta la notificación de dicha visita.

Yo me comunique con ellos y nuevamente fui muy claro que fueran en fin de semana, ellos me dijeron que irían el sábado para hacer la instalación, desafortunadamente nunca llegaron, sacrifique otras actividades como hacer deporte etc., sólo por espéralos, tiempo valioso y perdido. A la semana siguiente se comunicaron en varias ocasiones diciéndome que irían a instalarme el servicio, yo nuevamente les recalcaba que en fin de semana, otra vez me dijeron “el sábado a las 7 am estamos instalando su servicio”, les espere como en la ocasión anterior y tampoco llegaron, perdí nuevamente toda la mañana, nuevamente dejando de hacer mis actividades normales de fin de semana, ya mi paciencia estaba colmada, sin embargo acepte nuevamente las disculpas de los técnicos que me llamaron repetidamente a la semana siguiente, nuevamente paso lo mismo, nunca llegaron el sábado pasado, sólo hasta antes de las cinco de la tarde me llamaron los técnicos me dijeron que estaban cerca, que si los recibía, yo acepte sin embargo cuando llegaron casi a las dos horas antes de las 7pm. Se bajaron de la camioneta miraron los postes y me dijeron que por políticas de la Compañía ellos no podían exponerse a subir a hacer la conexión externa, que por favor los disculpara, y acordaron conmigo ir el pasado domingo, entre las 7 y las 9 am, como era de esperarse nunca fueron, es más ni me han vuelto a llamar, yo tampoco pienso llamar, pues la falta de respeto de UNE hacia los usuarios me tiene indignado y más sabiendo que no es un caso particular por conversaciones con amistades y compañeros de trabajo me he enterado que es lo común a la hora de contratar con UNE, que vergüenza de empresa, el respeto y el cumplimiento deberían estar entre los valores de UNE, que vergüenza porque los antioqueños siempre hemos sido muy respetuosos con el tiempo de las personas, además siempre hemos sido además muy cumplidos, no sólo de palabra, ojala revisen las grabaciones de las llamadas para que vean que es como lo digo en esta nota, en estos momentos prefiero que ya no me instalen nada, mejor buscaré otro proveedor.



sábado, 15 de mayo de 2010

Reconocer las Capacidades Laborales Idividuales

Hoy en día mucha gente cree que cada persona obtiene lo que se merece a nivel laboral, pero la verdad es otra, hay personas muy capacitadas que por su edad, o por falta de oportunidades les ha tocado colocarse en trabajos distintos a los que tenía en mente al momento de estudiar en una universidad. Es injusto que en Colombia o en cualquier parte del mundo se exijan edades por debajo de los 30 años para acceder a un empleo calificado, es injusto porque nunca miran que muchas personas por su condición social apenas pudieron terminar sus estudios pasados los 30, con la esperanza de encontrar un lugar en donde se le permita demostrar que no se necesita tener menos años para destacarse laboralmente. Otras muchas personas ocupan puestos de trabajo a pesar de no estar bien capacitados y aún así no valoran lo que tienen así no merezcan estar allí.



La realidad laboral de los trabajadores colombianos es muy difícil cuando no se definen labores específicas de acuerdo a su perfil profesional, llegando a estancar procesos por no escoger o no clasificar a las personas según sus capacidades. A nivel de recursos humanos muchos empleadores no prestan la atención suficiente ignorando lo importante que es estar al tanto de las personas que producen para él. Es muy importante incentivar al personal con actividades de capacitación, incentivos económicos, concursos por desempeño, actividades de integración que favorezcan un mejor clima laboral. Hoy es muy común ver como muchas personas llegan a trabajar con pereza a sus lugares de trabajo aunque se desempeñen en sus respectivas profesiones, pereza fundamentada en la falta de motivación por parte de sus jefes o de recursos humanos, en este departamento recae la responsabilidad de mantener motivados a los trabajadores e interceder ante los directores para favorecerle a estos. El día en que cada uno de nosotros obtenga lo que realmente se merece, por lo que se ha esforzado o estudiado este país será mucho mejor, habría menor desigualdad social y ya Colombia no estaría punteando con Haití el deshonroso lugar de ser el país con más diferencia entre ricos y pobres en Latinoamérica, abramos los ojos que aún no vivimos en el paraíso, Colombia necesita justicia y equilibrio social.



miércoles, 12 de mayo de 2010

Por qué votaría por Mockus...

Andrés Felipe Giraldo.

Cuando nací, en julio de 1974, el presidente electo era el liberal Alfonso López Michelsen. Poco supe de él. Sólo que se inventó una ventanilla siniestra para que los narcos lavaran la platica en el Banco de la República y que su primo hermano, Jaime Michelsen Uribe, desfalcó al grupo Grancolombiano en miles de millones de pesos dejando en la calle a muchos ahorradores.

Luego, cuando tuve alguito de uso de razón, en 1978, fue electo el también liberal Julio César Turbay Ayala. De él supe un poco más, pero no más alentador. Tenía una política que se conocía como el Estatuto de Seguridad que en el papel era para preservar la democracia y en la práctica era para matar a comunistas armados y desarmados. Además, el M-19 se le tomó una embajada llena de embajadores y se le fueron para Cuba muertos de la risa. Para la posteridad sólo lo recordaría como la inspiración de los mejores chistes idiotas de idiotas que hubiese podido escuchar. Ahora para contárselos a mi hijo le tengo que hacer una clase de historia de este pintoresco personaje.

Después, en 1982, con algo de criterio infantil, el mejor de todos, vi como un ser salido de la poesía recitaba discursos con un tono que fácilmente curaba el insomnio de cualquier esquizofrénico. Había derrotado a un pelado joven de greñas rebeldes, bigote novelero y carisma arrollador y al cuchito López que era viejito desde que yo era un bebé. Ese joven era Luis Carlos Galán Sarmiento, a quien le debo mi amor por los temas políticos y el odio por la política y su uso nacional, no por su ejemplo, sino porque esa política lo asesinó. A Belisario, con ese tono que le salía con su paquidermismo para actuar, el M–19 también, mandado por Pablo Escobar, se le tomó la Corte Suprema de Justicia y masacró el único poder público respetable en el país. Si de verdad el “M” hubiese querido hacerle un favor al país, se hubieran metido al circo del frente cruzando la Plaza de Bolívar. Con Belisario empezó el narcoterrorismo también. Antes de lo del Palacio, los narcos mataron a su Ministro de Justicia Rodrigo Lara Bonilla y empezó la cacería de jueces, magistrados, periodistas y todo al que se les opusiera. Belisario no era un Presidente, era un poeta jugando a mandar y mandaba con poesía barata y resultados costosos a merced de quien de verdad pudiera mandar.

Un país subyugado al narcotráfico le tocó recibir a Virgilio Barco Vargas en 1986. El tipo no era malo, pero estaba enfermo. Cuando tenía lucidez sabía gobernar, cuando no, su secretario privado negociaba el país con los narcos. Ya no hablaba bien, el altzhaimer lo tenía consumido.

Después Cesar Gaviria, en 1990, asumió la presidencia por casualidad, por error, porque mataron al verdadero Presidente, Luis Carlos Galán Sarmiento. Gaviria no fue un Presidente, fue un negociante. Sabía que debía combatir el narcotráfico pero también que tenía que quedar bien con todo el mundo. Con las encuestas, con los gringos, con el Congreso, con la oposición… vendió el alma a dios y al diablo, jugó en todos los bandos, pasó por encima de la conciencia moral de sus políticas y mandó a Colombia de nuevo a la guerra narcoterrorista por apresar y dejar volar a un megaasesino como Pablo Escobar a quien después tuvo que matar.

Después llegó Samper en 1994. Él quería ser Presidente. No importaba cómo. Y fue presidente apoyado por el narcotráfico. Lo pillaron y no pudo gobernar pero se pudo salvar de la cárcel que merecía porque compró a sus investigadores, corruptos congresistas. Terminó su mandato, pero no gobernó.

En 1998 llegó Pastrana, aún más ingenuo y tonto que Belisario, con la misma “nobleza” bienintencionada que sólo le dio más poder a la guerrilla para que secuestraran al país entero.

En 2002, un hombre de hablar paisa enérgico devolvió la fe al país. Álvaro Uribe Vélez. De carrera política intachable. Desde concejal hasta presidente siempre un ejemplo de “varón”. Iba a acabar con la guerrilla, malditas cucarachas de agua puerca. En 4 años el país estaría depurado de esta lacra que el bobalicón de Pastrana dejó crecer como espuma. 4 años no fueron suficientes y se hizo reelegir en 2006. Volvió a arrasar. 4 añitos más y las cucarachas rogarían piedad ante el Baygón Uribe. Entre tanto, sus amigos los paras se iban a negociar con los Estados Unidos irrisorias penas a cambio de su silencio en Colombia y dejar gobernar al patrón. Los terratenientes legalizaron las tierras que usurparon a los campesinos y les dieron platica del Gobierno para poner a producir tierra abonada con sangre. Los ricos acapararon las riquezas y los pobres engrosaron los cinturones de miseria de las ciudades. Los ricos pudieron llegar más fácil a Anapoima y los pobres llegaron más fácil a ser más pobres. Sin embargo, hubiese ganado otra vez en 2010 para tener 4 años más para matar a esas malditas cucarachas de “la far” si la Corte Constitucional no salva la poquita dignidad nacional.

Ahora unos quieren seguir sus pasos, otros se bajaron de ese bus para coger su propio taxi y otros piensan que las cosas se pueden hacer de una forma distinta. Yo no apoyo lo que hizo Uribe porque acabar con guerrilleros no es acabar con la guerrilla, porque acabar con los pobres no es acabar con la pobreza, porque darle la plata a los ricos no es generar equidad, porque negociar con los paras no es acabar con el paramilitarismo, la terratenencia y el narcotráfico, porque ha mantenido su castillo sobre sólidos cimientos de corrupción, porque tuvo un DAS de bolsillo para hacer torcidos, porque quienes lo apoyan están en su mayoría en la cárcel por hampones, porque es un buen gobernante para los ricos dentro de un esquema rancio y corrupto, en el que las élites se mantienen como opresores de una base ignorante y torpe que se deja dominar. Eso para mí es Uribe y yo no quiero más de eso, porque él representa una cultura mafiosa que se vale de lo que sea para sostener el poder, así el poder socabe las bases de una sociedad más justa. Me indigna que sus hijos se hayan enriquecido por las bondades de las influencias mientras no se puede tratar mejor a las víctimas de la violencia porque no hay platica y colapse el sistema de salud con la emergencia social porque no hay platica cuando sus hijos rebosan de rechonchos de lo millonarios que se hicieron en estos 8 años. Para mí este gobierno ha sido un asco y me ratifico, es un asco elitista, plutocrático y corrupto. Además sigue habiendo guerrilla, tanta, que ya son presidentes del país vecino. Entonces, en el fondo, no logró ni siquiera la única tarea que se le había confiado.

Ahora, yo si quiero algo distinto. Algo que rompa culturalmente con este ciclo de politiqueros que nos han venido gobernando. Turbay fue enterrado con los máximos honores. López fue enterrado con los máximos honores. En mi concepto, merecen escupitajos sobre sus tumbas, una bandera rota y tirarlos como injustamente lo hicieron con los falsos positivos, por ahí en cualquier potrero. Seré duro y no me importa porque no tengo el poder para que le importe a alguien, pero estas ratas lo único que hicieron fue arraigar una cultura mafiosa que hoy hace más valioso a un sicario rico que a un campesino pobre. Belisario y Pastrana fueron la pequeña patria boba en dos cuotas diferidas a 16 años que le permitieron a la guerrilla fortalecerse como los hampones que son. Samper es el ícono vivo del cinismo politiquero. Consultor de las causas morales cuando gobernó con total inmoralidad. Le haría un funeral con honores, si fuese necesario, si cumpliera la condición para ser beneficiario de un funeral.

Yo quiero algo distinto. Cuando en 1993 un tipo desconocido con nombre raro, rector de la Nacional, se bajó los pantalones para mostrarle el culo a unos estudiantes saboteadores pensé dos cosas: una, si fuera marica este man no me gustaría… que culo tan desagradable, y dos, este tipo es un berraco, se bajó los pantalones frente a unos manes que le pudieron haber insertado una bomba molotov por el recto. Creo que este tipo es valiente. En ese año era un adolescente de pensamientos básicos y vulgares que conservo hasta hoy un poco más retóricos. Pero si me quedó la sensación de que ese tipo iba a hacer algo importante. No creí que fuera a ser político porque el tipo no le cae bien a nadie. Habla aburridor, mueve las manos como si las palabras se le fueran a caer y es más enredado que un bulto de anzuelos. Además se peina como un meme y no tiene nada de carisma. A mi me cae bien porque creo que soy solidario con quienes solemos caer mal. Pensé que por ser inteligente la política no le iba a gustar. Pero no. Se lanzó a la alcaldía de Bogotá y por primera vez en la capital arrasó el voto de opinión. Puso mimos y gente disfrazada para que se respetara la cebra. A mi me caló porque hasta ese momento, pensé que la cebra sólo servía para que se notara mejor la sangre de los peatones atropellados. Habló de “cultura ciudadana” algo inhóspito para muchos y para muchos sólo logró que los carros no pisaran la bendita cebra.

El tipo siguió por ahí dando lora y volvió sin atenuantes a la alcaldía a seguir haciendo lo suyo. Sólo que ahora tenía puentes para mostrar, Transmilenio para moverse y muchas cositas más que dejó Peñaloza, un buen ejecutivo. Si por mí fuera, hubiese querido que Peñaloza y Mockus se hubieran sucedido en la alcaldía de Bogotá hasta que los dos se murieran. Bogotá progresó siglos que el Polo está logrando hacernos reversar de nuevo. Uno haciendo cosas y el otro enseñándolas a usar. Una chimba la verdad.

Mockus es un tipo honesto. Manejando ese monstruo de ciudad jamás se le hizo un escándalo de corrupción a él. Quizás a sus subalternos, porque es un tipo que confía aún en la gente. Grave error. Jamás actuó mal deliberadamente. Dejó tirada la alcaldía para ser presidente. Grave error. Tenía que terminar la tarea bien hecha y no lo hizo. Pero ya pidió perdón, y yo, ya lo perdoné.

El tipo sabe de cultura, habla de cultura, infunde cultura, pulula cultura y no en el sentido erudito y odioso del profesor Bustillo, la cultura de verdad, la que forma ciudadanos y ciudadanía, la que permite convivir en paz y no con las “Convivir”. Yo creo en eso y a eso le apuesto. Siempre dejamos esa tarea para mañana porque primero hay que acabar con los “narcoterroristas de la farc” mientras los narcoterroristas de la farc toman ron con Chávez pensando cómo es que van a invadir a este pueblo lleno de ignorantes porque la revolución bolivariana lo va a amoldar todo con su reencarnación venezolana de Bolívar. Yo quiero ciudadanos que sepan en su intelecto por qué Chávez está loco y no ciudadanos que lo reten a pelear para que “sea varón”. Varones por montones en los cementerios es lo que hay en este país. Yo quiero ciudadanos para que sean los ciudadanos conscientes los que repudien a las Farc, y no un cúmulo de militares adoctrinados para dar positivos así sean falsos. Yo quiero ciudadanos para construir identidad nacional no por la carnita y los huesitos sino por el cuaderno y el esfero. Yo quiero ciudadanos que sean capaces de aborrecer la corrupción y tumbar a un presidente corrupto como Samper y no unos humildes lacayos de salario mínimo que por no perder su puestico respalden al que sea por un tamal y una cerveza.

Quiero ciudadanos y los quiero ahora, no mañana, no en cuatro u ocho años. Los quiero ya. Mockus encarna eso y a eso le apuesto. Un tipo que habla enredado pero entiende fácil que es la cultura la que hay que cambiar. La cultura del vivo, la cultura del mafioso, la cultura del corrupto… esa cultura hay que cambiarla. La guerrilla hay que desestimularla con ciudadanía y conciencia, no con plomocracia, para que se extingan sus causas históricas. Porque la revolución está en las mentes, no en los fusiles. Porque así matemos a todos los guerrilleros siempre habrá un terrorista que haga daño amparado en las injusticias del sistema y la opresión y dominación de una élite recalcitrante así ese terrorista sea un simple hampón. La seguridad democrática es inocua si no hay autoridad moral de quien la ejerce. Y Mockus algo si tiene. Autoridad moral, honestidad y unas ganas inmensas de cambiar una cultura que clama a gritos ser cambiada. No mañana, no en cuatro años, no en ocho años cuando acabemos con “la farc”. Lo necesitamos YA, a partir de este instante para tener un punto de inicio e inflexión, para cambiar de raíz y no de hojas. Porque las hojas se van en otoño y vuelven en primavera pero el árbol torcido, torcido se queda. Es hora de cambiar la cultura y la oferta está hecha. Se llama Antanas Mockus Sivickas. Desde que mataron a Galán me prometí no apoyar a nadie. Con él mataron mis ganas de participar con ahínco en estas lides. Pero Mockus es un buen tipo, como lo era Galán. Galán era buen político. Mockus no, es malo, muy mal político, no sabe de eso, gracias a Dios. Porque como buenos políticos murieron Turbay, López, Barco y quizás lo hagan Belisario y Pastrana. Samper que se muera como quiera. Pero que nos haga el favor un día de estos. Buenos políticos pero pésimos ciudadanos. Yo prefiero a este ciudadano mal político.

Y digo que “votaría” por él porque no puedo votar. Estoy en Buenos Aires y mi cédula no está inscrita acá. Pero si logro convencer a uno, a sólo un lector o lectora para que vote por él, estaré tranquilo con mi conciencia electoral y volveré a mi Colombia tratando de ver nuevos ciudadanos, esos que respetan la cebra sin preguntar por qué hacerlo y que no se robarían el erario público porque saben que esa platica es de todos.

Sí, votaría por Antanas Mockus para iniciar desde el gobierno el cambio cultural que nos permita entender que un campesino merece más atención que un mafioso y que esto quede escrito en un cuaderno y con un esfero para que no se nos olvide como sociedad. Por eso votaría por Mockus.