Dicen que el trabajo dignifica pero en Colombia, cuando el trabajador es una bestia que teme y no le importa que lo humillen y lo exploten, lo único que hace el trabajo es afincar esa idea de injusticia y de zozobra que ha sembrado muy bien este país mezquino.
Perdonen la abundancia de calificativos apenas empezando, pero es que no es para menos. Aquí los únicos que piensan que la plata no es tan necesaria son aquellos que la tienen. Me explico. Hace poco una mujer muy humilde me contaba bastante angustiada que una vez más en el hotel de apartamentos donde trabaja no le habían pagado, su patrón la había consolado con la frase: "Tenga paciencia, no son buenos tiempos". A la mujer, la única que hay en el hotel, la única que arregla todos los cuartos, que asea el hotel en general y quien también cumple el papel de mensajero, no le cabía eso en la cabeza porque todos los cuartos del hotel, como siempre, estaban llenos; sin embargo ella, como muchos colombianos, jamás renunciará, jamás faltará al trabajo así no tenga plata para los pasajes: "No ve que si lo hago contratan a otra y yo no me puedo quedar sin trabajo, tengo una familia que mantener".
Los empleadores colombianos han abusado del miedo de sus trabajadores, han empobrecido fuertemente a este país. Para ellos la paciencia existe porque siempre tienen la nevera llena. Si muchos de los jefes sufrieran un pedacito de lo que padecen sus empleados sabrían lo que es vivir al límite y serían menos miserables.
A los jefes se les olvidó que un trabajador en una empresa no debe nada. El trabajo es un beneficio para ambos. Gana quien contrata porque alguien le ayudará y gana quien ayuda porque podrá crecer en la organización, el asunto es que aquí los empleadores creen que le hacen un favor a los empleados y permanentemente utilizan frases como: "Si no le gusta se va, muchos desearían este cargo. Antes agradezca que tiene empleo".
Al diablo eso de que hay otros empleados que están peores, que debemos sentirnos muy agradecidos porque detrás hay un montón de desempleados. Al parecer a los jefes les gusta medirse con el nivel más bajo, se les llena la boca y se les va el dinero hablando de "calidad" y de inútiles "procesos" mientras el ánimo de todo un equipo de trabajo padece la desidia y la desmotivación. Muchas empresas en Colombia enseñan con lujo de detalles a ser infelices, muestran qué tan cruel y egoísta puede ser el hombre.
Pocas veces en este país al empleador se le ocurre sorprender a sus empleados con una buena remuneración que recompense los años de crisis en los cuales el trabajador fue incondicional porque tenía un alto sentido de pertenencia. Lastimosamente aquí las "crisis" duran eternamente, se vuelven un lugar común y el empleador olvida que no todo puede ser una palmadita en el hombro y un hipócrita: "Cuento contigo".
Se supone que el desempleo bajará en el 2014. Yo sospecho que bajará, si acaso, lo que aumentó en los años que todavía quedan de informalidad. Mientras tanto todos felices a trabajar porque en este país no hay quien proteja.
Perdonen la abundancia de calificativos apenas empezando, pero es que no es para menos. Aquí los únicos que piensan que la plata no es tan necesaria son aquellos que la tienen. Me explico. Hace poco una mujer muy humilde me contaba bastante angustiada que una vez más en el hotel de apartamentos donde trabaja no le habían pagado, su patrón la había consolado con la frase: "Tenga paciencia, no son buenos tiempos". A la mujer, la única que hay en el hotel, la única que arregla todos los cuartos, que asea el hotel en general y quien también cumple el papel de mensajero, no le cabía eso en la cabeza porque todos los cuartos del hotel, como siempre, estaban llenos; sin embargo ella, como muchos colombianos, jamás renunciará, jamás faltará al trabajo así no tenga plata para los pasajes: "No ve que si lo hago contratan a otra y yo no me puedo quedar sin trabajo, tengo una familia que mantener".
Los empleadores colombianos han abusado del miedo de sus trabajadores, han empobrecido fuertemente a este país. Para ellos la paciencia existe porque siempre tienen la nevera llena. Si muchos de los jefes sufrieran un pedacito de lo que padecen sus empleados sabrían lo que es vivir al límite y serían menos miserables.
A los jefes se les olvidó que un trabajador en una empresa no debe nada. El trabajo es un beneficio para ambos. Gana quien contrata porque alguien le ayudará y gana quien ayuda porque podrá crecer en la organización, el asunto es que aquí los empleadores creen que le hacen un favor a los empleados y permanentemente utilizan frases como: "Si no le gusta se va, muchos desearían este cargo. Antes agradezca que tiene empleo".
Al diablo eso de que hay otros empleados que están peores, que debemos sentirnos muy agradecidos porque detrás hay un montón de desempleados. Al parecer a los jefes les gusta medirse con el nivel más bajo, se les llena la boca y se les va el dinero hablando de "calidad" y de inútiles "procesos" mientras el ánimo de todo un equipo de trabajo padece la desidia y la desmotivación. Muchas empresas en Colombia enseñan con lujo de detalles a ser infelices, muestran qué tan cruel y egoísta puede ser el hombre.
Pocas veces en este país al empleador se le ocurre sorprender a sus empleados con una buena remuneración que recompense los años de crisis en los cuales el trabajador fue incondicional porque tenía un alto sentido de pertenencia. Lastimosamente aquí las "crisis" duran eternamente, se vuelven un lugar común y el empleador olvida que no todo puede ser una palmadita en el hombro y un hipócrita: "Cuento contigo".
Se supone que el desempleo bajará en el 2014. Yo sospecho que bajará, si acaso, lo que aumentó en los años que todavía quedan de informalidad. Mientras tanto todos felices a trabajar porque en este país no hay quien proteja.
"Diego su forma de escribir sobre problemas que enfrentamos los colombianos día a día nos lleva a reflexionar bastante, es verdad en Colombia los empleadores son poco justos y sería muy bueno que ensayaran a vivir tan solo un mes con un salario mínimo, el día que hagan eso comprenderán lo admirable que son muchos colombianos que viven con eso o con menos."
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